AFP
El lunes se lanzó una operación que movilizó a unos 2.000 agentes en diez favelas del oeste de Río de Janeiro, Brasil, una zona sumida en una "guerra" entre milicias y narcotraficantes.
Hasta el mediodía, veinte personas habían sido arrestadas, declaró el gobernador del estado de Río, Claudio Castro, durante una conferencia de prensa. No se registraron tiroteos.
"No hay ningún lugar donde las autoridades públicas no puedan entrar. Estamos trabajando para restablecer el orden", afirmó.
Una de las favelas en cuestión es la Ciudad de Dios (Cidade de Deus), famosa gracias a la película homónima de Fernando Meirelles (2002) y situada cerca del parque olímpico de los Juegos Olímpicos de 2016.
Periodistas de la AFP constataron una fuerte presencia policial desde la madrugada del lunes en esta favela, incluidos agentes del Batallón de Operaciones Especiales (Bope), una fuerza policial de élite temida por sus incursiones musculares. Pero los vecinos circulaban con normalidad por el barrio.
Las patrullas se realizan en vehículos blindados y algunos policías recorrían los callejones a pie, armados con rifles de asalto.
Los agentes retiraron las barricadas de cemento instaladas por grupos criminales para bloquear el tráfico en ciertos carriles.
Las autoridades también dijeron que estaban utilizando helicópteros y drones equipados con un sistema de reconocimiento facial para esta operación.
Las redadas policiales son frecuentes en las favelas, barrios pobres muy densamente poblados, y las balas perdidas causan regularmente víctimas entre los residentes.
Sin embargo, muchos especialistas consideran que este tipo de operaciones tiene poca efectividad contra las organizaciones criminales.
El gobernador también lamentó "filtraciones" al haber advertido a los sospechosos de esta operación.
Seis personas murieron durante un operativo policial en la Ciudad de Dios hace dos semanas.
- "Juego territorial" -
La seguridad será un tema importante en las elecciones municipales de octubre, cuando los brasileños elegirán a sus alcaldes y concejales municipales en casi 6.000 municipios. Especialmente en Río, donde el tema es omnipresente.
La operación lanzada el lunes, de duración indefinida, tiene como objetivo "poner fin a la guerra entre el tráfico y las milicias en esta zona del oeste de Río", afirmó el gobernador Castro.
Destacó especialmente las ofensivas del Comando Vermelho, una de las mayores facciones narcotraficantes del país, para “recuperar territorios de las milicias”.
"Liberaremos a nuestra población de este yugo territorial. Restauraremos los servicios públicos que lamentablemente han sido utilizados indebidamente por los delincuentes para enriquecerse y blanquear dinero", insistió.
El oeste de Río es la cuna histórica de las milicias, formadas hace unos cuarenta años por ex policías, que inicialmente se presentaron como grupos de autodefensa contra el narcotráfico.
Pero operan como mafias, con sofisticados sistemas de extorsión, controlando el transporte local, la distribución de gas, el acceso a Internet y la televisión por cable. Más recientemente, a su vez se han involucrado en el tráfico de armas y drogas.
En octubre, 35 autobuses fueron incendiados en la zona occidental de Río tras la muerte de un presunto líder de una milicia abatido a tiros por la policía.
Este episodio conmocionó profundamente a Brasil y expuso la influencia de estos grupos criminales en la “Ciudad Maravillosa”.
Según un estudio publicado por la ONG Instituto Fogo Cruzado y la Universidad Federal Fluminense, el 18,2% del territorio de Río de Janeiro y sus alrededores vive bajo el yugo de un grupo criminal.
El Comando Vermelho ha ganado terreno en los últimos años, extendiendo su control sobre el 51,9% de los territorios controlados por grupos criminales en 2023, relegando a las milicias al 38,9%.
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