AFP
La crisis diplomática entre París y Argel vuelve a estar en pleno auge, apenas dos semanas después de una pausa: Emmanuel Macron decidió el martes expulsar a doce agentes consulares argelinos en respuesta a una medida similar por parte de Argelia, acusada de ser responsable de este nuevo "brutal deterioro".
El presidente francés, que había hablado personalmente por teléfono con su homólogo argelino, Abdelmadjid Tebboune, el 31 de marzo para relanzar el diálogo tras meses de distanciamiento, también "decidió llamar a consultas al embajador de Francia en Argel, Stéphane Romatet", anunció el Elíseo en un comunicado.
Las autoridades argelinas declararon el domingo personas non gratas a doce funcionarios del Ministerio del Interior francés, dándoles 48 horas para abandonar Argelia, en respuesta al arresto en Francia y la posterior detención de un funcionario consular argelino.
El jefe de Estado francés se mostró inicialmente reacio, pero viendo que las autoridades argelinas no cambiaban su decisión, decidió ponerse en primera línea para demostrar que no era reacio a un enfrentamiento.
La expulsión de estos ciudadanos franceses, que se dirigían hacia Francia el martes por la noche, "vulnera las reglas fundamentales de nuestros procedimientos jurídicos" y "es injustificada e incomprensible", afirmó la presidencia francesa.
Decidió proceder "de manera simétrica", es decir también en 48 horas, "a la expulsión de doce agentes al servicio de la red consular y diplomática argelina en Francia".
Para el Elíseo, "las autoridades argelinas asumen la responsabilidad del repentino deterioro de nuestras relaciones bilaterales". El ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, que viajó a Argel a principios de abril para reparar las relaciones pero advirtió en las últimas horas de posibles represalias, dijo que Argel había "elegido la escalada".
- Respuesta "apropiada" -
Argelia defendió el lunes por la noche su decisión "soberana" y atribuyó al ministro del Interior francés, Bruno Retailleau, la "plena responsabilidad" del resurgimiento de las tensiones. Esta figura de la derecha francesa ha sido en los últimos meses el portavoz de una línea firme hacia Argelia, en particular en la cuestión migratoria.
"Bruno Retailleau no tiene nada que ver con este proceso judicial", aseguró el martes Barrot, insistiendo en la independencia de la justicia francesa.
Tres hombres, entre ellos un empleado de uno de los consulados argelinos en Francia, fueron inculpados este viernes en París por arresto arbitrario, secuestro, secuestro o detención seguida de liberación antes del séptimo día, en relación con una empresa terrorista, según la fiscalía nacional antiterrorista francesa.
En este caso de secuestro del opositor al régimen argelino Amir Boukhors, un influencer apodado Amir DZ, estos hombres también están siendo procesados por conspiración terrorista criminal. Fueron puestos en prisión preventiva.
El martes por la noche, tras su intervención en el Palacio del Elíseo, el Sr. Retailleau consideró que la respuesta francesa era "totalmente apropiada" y consideró "inaceptable que Francia se convierta en un terreno de juego para los servicios argelinos".
- "Reanudar el diálogo" -
A pesar de esta repentina recaída, el Elíseo consideró que "era del interés de Francia y Argelia" "retomar el diálogo", instando a Argel a "dar muestras de responsabilidad".
«Diálogo, siempre, pero no en una sola dirección», añadió Barrot.
Hace dos semanas, los dos países, unidos por una historia compartida a menudo dolorosa, decidieron pasar página tras una crisis de rara intensidad que los había llevado al borde de la ruptura.
Todo había comenzado ocho meses antes, cuando Macron dio su pleno apoyo a un plan de autonomía bajo soberanía marroquí para el Sáhara Occidental, reivindicado desde hacía 50 años por los separatistas del Polisario apoyados por Argel. Argelia retiró inmediatamente a su embajador en París.
Los dos jefes de Estado encargaron entonces a sus ministros de Asuntos Exteriores que reanudaran el diálogo sobre todos los temas "irritantes", incluida la cuestión migratoria y la detención del escritor franco-argelino Boualem Sansal.
El Sr. Barrot consideró que el Sr. Sansal, condenado a prisión en primera instancia en Argelia, no tenía por qué soportar el peso de los problemas diplomáticos. Y me atrevo a creer, dado su estado de salud y su situación, que se trata de un gesto de humanidad por parte de las autoridades argelinas.
Según el historiador Pierre Vermeren, profesor de la Universidad de la Sorbona en París, "la crisis demuestra que en el seno del ejército y del Estado Mayor argelino hay generales y coroneles que quieren romper con Francia, que no quieren reconciliarse, que quieren sabotear los trabajos de normalización de las relaciones", declaró a la AFP.
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