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La Gran Renuncia

La Gran Renuncia

Columnas viernes 04 de febrero de 2022 - 11:44

Más de 15 millones de trabajadores en Estados Unidos, han renunciando a sus centros laborales desde abril del 2021; tan sólo entre agosto, septiembre y octubre de ése año, se acumularon más de 12 millones de renuncias. Durante este trimestre, por mes, 4 millones de personas abandonaron sus centros laborales, informó la Oficina de Estadísticas Laborales de Washington (U.S. Bureau of Labor Stadistics), qué advirtió, la tendencia se ha mantenido en el primer mes del 2022.

Aumento del síndrome del trabajador quemado (burn out en inglés), negativa para regresar a laboral presencialmente, descontento por los salarios y precarización de las condiciones laborales, tras el impacto del Covid-19, son algunos de los motivos por los que, analistas explican, se ha generado éste síndrome post pandémico iniciado en Estados Unidos y con réplica, en diferentes proporciones, en otros países.

Sin embargo, los motivos podrían ir más allá del dinero. Para investigadores de la Universidad de San Francisco adscritos al área de economía y sociología, el motivo principal detrás de éste fenómeno bautizado como La Gran Renuncia o la Gran Dimisión, podría ser el cambio de criterio en la perspectiva de vida de las personas, tras el impacto de la pandemia.

Para ellos, según lo dio a conocer el periódico San Francisco Chronicle, el cambio de perspectiva y, por lo tanto de las aspiraciones de las personas, tras la angustia generada por el Covid, podría ser la razón más fuerte para las millones de renuncias, acompañada y reforzada, por los bajos salarios, las malas condiciones laborales y, el estrés general laboral.

Ésta combinación de factores, alimentada por la insatisfacción laboral que, advierten los expertos, más de la mitad de quienes han renunciado, la venían padeciendo desde hacía años, disparó el descontento laboral que ha generado millones de renuncias sin precedentes en Estados Unidos, lo que ha provocado, a su vez, un déficit de trabajadores que ha puesto en crisis varios sectores, como a la propia cadena de suministros alimenticios.

La falta de progreso y la ausencia de satisfacción personal que esto conlleva, para muchos especialistas, aumentó el estrés que millones de personas, sobre todo de entre los 30 y 50 años, padecían previo a la pandemia, circunstancia que generó la reflexión en muchos trabajadores, sobre la pertinencia de seguir laborando bajo las mismas circunstancias. Uno de los analistas, la académica Patricia Campos-Medina, de la Universidad de Nueva York, aseguró que tras la pandemia, se ha generado una nueva conciencia: “Muchos trabajadores vieron que estaban hipotecando sus vidas por salarios miserables”, declaró.

Sectores ligados a la salud, a la industria alimentaria, la educación, prestación de servicios y de transportes, han sido los que han aglutinado la mayoría de las renuncias. Las cargas excesivas de trabajo, las jornadas prolongadas y las altas dosis de estrés, se destacan como los factores decisivos.

No obstante, otros rubros, como el tecnológico, cuyos empleados en su mayoría continuaron con sus trabajos desde el hogar, han presentado también una alta incidencia de dimisiones laborales, generadas, entre otras cosas, por la negativa de regresar a laborar de manera presencial, según han declarado empresas digitales que se han sumado a la crisis por falta de trabajadores en Estados Unidos, condición que se ha advertido,
estaría poniendo en riesgo a la cultura del trabajo tradicional.

Por otra parte, empresas como Amazon, cuyas ventas aumentaron exponencialmente, colocando a su fundador, Jeff Bezos como el segundo hombre más rico del mundo, generaron ambientes laborales deficientes y altamente estresantes, condiciones que han sido denunciadas desde el inicio de la pandemia y que han causado también, miles de renuncias en sus centros de distribución.

La estrategia de vacunación que en Estados Unidos se dio de manera rápida, generó que la economía, durante el 2022, comenzara a mostrar un repunte, tras la fuerte inflación que impactó al país durante el 2021; esta condición, también incidió en las renuncias de trabajadores que tenían planes de dejar sus puestos pero que los aplazaron con el inicio de la pandemia.

Además, a diferencia de México y de los países latinoamericanos, en Estados Unidos, se ofrecieron múltiples apoyos económicos y dádivas a sus ciudadanos durante la contingencia: mensualmente a nivel federal se estuvieron entregando cheques económicos a todas las familias, mientras que, a nivel estatal, se reforzó el apoyo económico con estímulos semanales y la exención de pagos como la renta y luz, en caso de haber perdido el trabajo.

Esto, propició que muchos de los trabajadores pudieran continuar ahorrando y contar con fondos al momento de renunciar; además, en los casos en los que los centros laborales fueron cerrados, generando el despido, los trabajadores contaron, por varios meses, con un apoyo económico que les ayudó también a cubrir sus necesidades y generar ahorros, facilitando el proceso de renuncia.

El agotamiento físico, emocional y mental que genera un trabajo mal pagado, precario, con largas jornadas laborales y anclado en un ambiente estresante, no es un fenómeno que se evidenció exclusivamente en Estados Unidos. Es, de hecho en América Latina, donde más se ha puesto de manifiesto la inestabilidad laboral y las malas condiciones bajo las cuales, millones de personas subsisten diariamente.

A diferencia de países como Estados Unidos y de algunos países europeos que lanzaron programas de apoyo económico para toda su población durante la pandemia, en México y América Latina, los apoyos prácticamente fueron nulos, por lo que las personas, pese a los contagios y, pese al aumento de las condiciones de estrés bajo las que se laboraba, en lugar de buscar un nuevo centro laboral, se aferraron más a sus trabajos actuales, que representaron, durante los meses más álgidos de la pandemia, la única forma de subsistencia.

Y es que en Estados Unidos, a pesar de su grave problema de división de clases, en el que las diferencias del poder adquisitivo entre los pobres y
los ricos son profundas, tan hondas que han generado barrios de personas que viven en la calle, colindando con vecindarios repletos de millonarios, su sistema laboral ha permitido generar condiciones de ahorro entre los trabajadores que aumentaron gracias a los subsidios que durante la pandemia, se emitieron a todos los pobladores, sin importar su estatus migratorio.

El replanteamiento del sentido de la existencia para muchas personas, tras la incertidumbre y agobio que ha generado la pandemia, ha sido el motivo por el cual han re direccionado sus aspiraciones laborales, dando pie a un éxodo histórico de trabajadores que ha generado, a su vez, un déficit laboral que representa ya, una crisis para el gobierno del demócrata Joe Biden.

Pero, mientras que en Estados Unidos se vive éste fenómeno, en América Latina, para millones de personas, la satisfacción personal aún sigue quedando en otro plano, dada la escases de trabajo y los bajos salarios; para un artículo publicado en el Washington Post, Estefanía Pozzo, periodista especializada en temas económicos, refirió: “Mientras que Estados Unidos vive la Gran Dimisión, en América Latina, vivimos la Gran Superviviencia”, condición que en ésta región, ya se padecía antes de la pandemia.

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/CR

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