El crecimiento urbano de Zona Esmeralda en Jilotzingo representa uno de los desafíos más significativos para la conservación ambiental en el Estado de México. La presión de nuevos desarrollos residenciales amenazan las áreas naturales protegidas como el Parque Estatal Otomí Mexica y la Reserva Ecológica Espíritu Santo. Este municipio, con el 82% de su territorio conformado por áreas naturales protegidas, enfrenta la ocupación irregular del suelo y la deforestación.
Jorge Díaz Cano, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, destaca que el valor inmobiliario en la región ha aumentado, siendo Jilotzingo uno de los municipios con los precios más altos en el Estado de México. La expansión urbana ha llevado a la desaparición de comunidades como Espíritu Santo, sustituidas por infraestructuras urbanas. El crecimiento demográfico y la explotación de recursos naturales están transformando esta región, cuya conservación es vital para el equilibrio ecológico y la calidad de vida de sus habitantes.
Con información por Notipress
Foto por Cuarto Oscuro