Transportistas de más de 20 empresas en el Estado de México mantienen activa la advertencia de un paro de labores como medida de presión para exigir un aumento de hasta cuatro pesos en la tarifa del transporte público. Ante la falta de acuerdos con el Gobierno estatal, los concesionarios han comenzado a colocar calcomanías en sus unidades con la leyenda “Próximo paro de transporte”, alertando a los usuarios sobre la posible suspensión del servicio.
Representantes del sector señalaron que no aceptarán la propuesta de realizar un estudio tarifario a cargo del Instituto Politécnico Nacional (IPN), planteada por la recién conformada Comisión Revisora de Tarifas, debido a que este análisis demoraría seis meses. “Nos dijeron que el Politécnico podría hacer el estudio, pero que tardaría medio año; nosotros no lo aceptaríamos. Hay mucha gente que depende del transporte: chóferes, checadores, quienes lavan las unidades”, declaró Alberto Gómez, vocero de los transportistas.
El gremio anunció que en los próximos días definirán la fecha para llevar a cabo el paro, el cual afectaría al menos dos mil unidades en el Valle de Toluca y parte del Valle de México. El cese de actividades se realizaría en horarios de mayor demanda: de 7:00 a 9:00 horas, 13:00 a 15:00 horas y 17:00 a 19:00 horas, con el objetivo de visibilizar su inconformidad y el impacto que generaría en la movilidad diaria de miles de usuarios.
Los transportistas también denunciaron una competencia desleal por parte de taxis y vehículos irregulares que, aseguran, operan sin control y fijan tarifas arbitrarias. “Nosotros somos los únicos que nos ponemos en regla, porque tenemos un domicilio fiscal, porque saben dónde encontrarnos. Esa es la situación que estamos viviendo”, señalaron.
Además del ajuste tarifario, los empresarios solicitaron apoyo económico en forma de bonos de combustible u otras estrategias que les permitan enfrentar el incremento en los costos operativos. Criticaron que el bono de chatarrización propuesto por la actual administración solo beneficia a operadores del Valle de México, dejando en desventaja al resto del gremio.
La demanda de aumento tarifario, presentada desde enero, busca elevar el costo mínimo del pasaje a 16 pesos y el máximo a 29 pesos, argumentando que el alza en combustibles, refacciones y mantenimiento ha hecho insostenible el servicio con las tarifas actuales.
Aunque los transportistas aseguraron estar abiertos al diálogo, denunciaron la falta de avances en las negociaciones. “Estamos abiertos a la negociación, pero no hay ninguna. Ellos piensan que no hay necesidad de un aumento”, concluyeron.